Amorbo y naturaleza (muerta)

Decidimos perdernos en la romántica noche. Lindo. Una ligera llovizna nos envolvía en la orilla del río. Hermoso. Sólo nosotros bajo las estrellas. Divino. Todo tan natural, fresco y perfecto, tan idilio orgánico.
Era lo que necesitábamos: perdernos en la naturaleza para encontrarnos. Volver al origen para navegar por el cauce del amor mientras el veneno natural de aquella linda serpiente nos burbujeaba bonito por dentro hasta marearnos. Caímos abrazados; rodamos sobre la maleza que nos arañaba las piernas, resbalamos como en un sueño hasta caer enamorados en el río que reflejaba la mágica luna desdibujada por olitas de pirañas que asomaban hambrientas como capitalistas por dinero que no entienden de amor ni romances, que sólo buscan alimentarse de la desdicha ajena aunque sea orgánica, natural, original, prístina. 
Y las estrellas brillaron amorosas sobre nuestros bellos restos flotantes.