Palabras del sabio OOZZ: El Lamento

Caminaba el sabio OOZZ por el mundo. Un paso a la vez, como todo buen sabio. Encontró un grupo de fotógrafos que creían capturar con sus cámaras las cosas bellas de su viaje. Se acercó a ellos y se hizo el silencio. Entonces dijo:

Y le dije al fotógrafo que me había imprimido en esa placa tan dura de la vida, que lo había hecho tan bien, que casi parecía de verdad. Y le pedí por favor que lo volviera a imprimir, pero mal, de modo que pareciera mentira.

Observó al grupo de turistas fotografiantes. Seguían en silencio. Las palabras se revelaban. Entonces, siguió por su camino, un paso a la vez.

Palabras del sabio OOZZ: Imaginación

Llegó el sabio OOZZ. Apenas entró se hizo el silencio, entonces dijo:

Un hombre andaba por la calle agitando los brazos. Y todo mundo le preguntaba qué era lo que hacía. Él, tranquilamente, respondía que volaba. Era obvio que todos lo compadecieran. Pero un día, para ayudarlo, alguien le dijo: señor, usted no vuela, en lo absoluto. Usted está con los pies puestos en la bella tierra firme.

–¡No me diga! — se extrañó el volátil.

Dejó de mover los brazos, cayó y se mató.

El sabio OOZZ observó los ojos de todos, que estaban atentos, y viendo que habían escuchado, se fue.